Josefo Flavio: traidor o patriota

La vida de Josefo Flavio constituye una de las más grandes paradojas dentro de la historia judía….

La vida de Josefo Flavio constituye una de las más grandes paradojas dentro de la historia judía. Gran historiador y apologista del judaísmo, se convierte en una figura enigmática y controversial al transformarse de comandante de la revuelta judía contra Roma en consejero del Emperador romano. La destrucción del segundo templo por los legionarios de Tito en 70 a.e.c., constituye una herida que jamás cicatrizará dentro de la memoria histórica y religiosa del pueblo judío por lo que es difícil juzgarla objetivamente. ¿Fue Josefo Flavio un traidor o un patriota? Para algunos, Josefo Flavio fue desleal por haber desertado en los momentos en que su pueblo lo necesitaba y por actuar como un apologista de los romanos.

Muchos otros ofrecen una visión menos rígida y aseguran, como él, que la sobrevivencia de los judíos dependía de su sumisión a Roma y que por tanto, éste dedicó su vida a los más altos intereses de su pueblo.

Estas diversas posturas han sido retomadas por Mireille Hadas-Lebel, destacada escritora francesa, en su libro Josefo Flavio, El Judío de Roma, recientemente editado en Francia. En esta obra, una mezcla de ficción y de hechos históricos extraordinariamente bien documentados, la autora describe a Flavio como “un niño prodigio, un brillante joven confiado en su estrella, un intelectual elocuente que rechazaba la violencia, un ambicioso que no quería morir a los 30 años, un espíritu más político que guerrero, un racionalista prudente quien encuentra la exaltación mística, un cortesano por compromiso, sin embargo un judío profundamente fiel”. Hadas-Lebel concluye que Josefo Flavio, con su tenacidad, con su cautela, con sus miedos y con su erudición, es sin duda alguna lo más cercano a la verdad histórica. Logró que el mundo conociera a Judea y a sus judíos. Ilustró los grandes momentos de una tragedia y como consecuencia, logró salvar lo esencial para predecir el futuro. Fue el mejor testigo de su tiempo y su obra se destaca por su estilo épico, por su exactitud y por su habilidad de transmitir con gran realismo las condiciones de la comunidad judía de la época.

Josefo Flavio nace en Jeusalem en 37 e.c., en el seno de una familia aristocrática judía de tradición religiosa. Gran conocedor de las Escrituras sagradas, Josefo adquiere renombre entre los sacerdotes y autoridades de la ciudad, quienes acuden a consultarlo sobre diversas cuestiones relacionadas con la ley judía. Gracias a su dominio del idioma griego, a los 26 años Flavio es enviado a una misión diplomática a Roma a rescatar a un grupo de sacerdotes capturados por haber cometido cierta ofensa contra el Imperio y que habían sido llevados a Roma por el procurador Félix a rendir cuentas ante el Emperador. Al llegar a su destino logra ser recibido por las máximas autoridades. Sus esfuerzos tienen éxito y los sacerdotes judíos son liberados. Esta visita tiene un efecto muy profundo en Josefo Flavio. La grandeza del Imperio romano deja una impresión indeleble en él.

Dos años después, cuando se inicia la guerra de los judíos contra el dominio romano, el Sanhedrín (Consejo de sabios judíos) nombra a Josefo Comandante de Galilea, uno de los más importantes cargos militares de la época, en la plena confianza de que tenía las cualidades necesarias para alcanzar la paz. No obstante, muchos líderes locales lo rechazan por haber sido nombrado por la autoridad central de Jerusalem.

La serie de conflictos internos, la carencia de elementos combativos y la falta de preparación para resistir las hostilidades romanas, impidieron que los judíos pudieran realizar una guerra ofensiva. La batalla decisiva se lleva acabo en el fuerte de Jotapata, en donde se encuentra Josefo. Cuando en 67 e.c., los judíos son vencidos, Josefo huye con 40 hombres a una cueva, decididos a matarse entre sí antes que ser capturados por el enemigo. Josefo Flavio persuade a otro compañero de que deberían rendirse y, cuando se presentan ante Vespasiano, Flavio le habla de las grandezas atesoradas para el dirigente romano por lo que éste decide no asesinarlo y lo envía prisionero a un campamento.

Cuando en 68 e.c., llegan noticias de la muerte de Nerón, Josefo ve la oportunidad de utilizar esta nueva circunstancia para obtener su libeRtad. Tomando como punto de partida la profecía que sostiene que el gobernante del mundo debe de provenir de Judea, trata de convencer a los romanos de que Tito sería el elegido. Posteriormente, cuando Vespasiano es proclamado Emperador de Cesarea, Josefo es liberado y se dirige a Alejandría en donde acompaña a Tito cuando recibe la orden de tomar Jerusalem. Como consejero de Tito, Josefo Flavio trata de que los rebeldes judíos abandonen las armas, pero sus tratativas fracasan.

Despúes de la captura de Tierra Santa, Josefo continúa al lado de Tito y recibe de manos del Emperador una gran extensión de tierras en el valle de Jezreel. Decide establecerse en Roma, con la ciudadanía romana y le es concedido el permiso para habitar en el palacio en donde permanece como protegido de Tito, dedicando el resto de sus días a escribir su gran obra La Guerra de los Judíos, que constituye uno de los más importantes documentos sobre la historia de los judíos durante la época de la dominación romana.Más tarde en su obra Antigüedades de los Judíos, Josefo Flavio relata la historia de los judíos desde la época bíblica hasta el estallido de la revuelta en 66 e.c., con el propósito de inspirar a sus lectores griegos el respeto por la civilización judía.

Los trabajos de Josefo Flavio, como fuente de estudio, son invaluables porque más allá de ser simples documentos constituyen una fuente historiográfica escrita con fuerza dramática, con el ojo de un artista, con una precisión incomparable y con gran consistencia en la organización del material.

FUENTE:

©TrubunaIsraeilita (25 de Marzo de 2024). Josefo Flavio: traidor o patriota. Tribuna Isaraelita. https://tribuna.org.mx/josefo-flavio-traidor-o-patriota/

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